Se trataría de relaciones humanas y sociales entre dos hombres libres, pero no de igual condición. Uno, el vasallo recibía el feudo (la tierra); el segundo, de situación superior al primero, recibe los compromisos militares del primero. El vasallo se somete al hombre de situación superior.
En otras palabras es: “Un conjunto de relaciones de producción y dependencia entre el campesino y el señor, propietario de la tierra que aquél usufructúa, en un momento de predominio de la agricultura como fuente de riqueza”.
¿Cuándo es su origen? Tenemos antecedentes en el siglo V, al caer el Imperio romano, ya que por la extensión del imperio Romano y la incapacidad del aparato burocrático del Imperio era imposible ir en ayuda de los ciudadanos más afectados por las invasiones bárbaras, por lo tanto estos se refugiaron en castillos o fortalezas en las cuales gobernaba el Señor de aquella.
Estas fortalezas y estos señores con poderes judiciales y administrativos nacen de la incapacidad del Imperio, ya que se vio obligado a contratar a caballeros o nobles, éstos contratarán vasallos, villanos, etc.
Así, en un principio el emperador, y posteriormente el rey no gobierna, sino que su autoridad viene, a los ojos del pueblo, de Dios, y es materializado e implementado a través de los pactos de vasallaje con los grandes señores, aunque en realidad son éstos quienes eligen y deponen dinastías y personas.
Entorno:
El castillo será la representación del poder y la fuerza. Desde allí se administra justicia a todos cuantos se encuentran sujetos.
Las pocas ciudades que sobreviven a la oleada de los bárbaros, se encuentran a salvo de los señoríos. Podemos establecer una diferencia entre la Europa del Norte y la Europa del Sur, al sur de los reinos germanos existía una mayor cantidad de ciudades, debido a que los romanos seguían manteniendo su influencia en ella. Sin embargo, al norte del Río Danubio la reducción de la población en las ciudades llegó a hacer desaparecer los pocos núcleos importantes y el feudalismo se implanta con más fuerza.
Sectores Sociales:
La sociedad se encuentra entonces con tres órdenes que, según la propia Iglesia, son mandatos de Dios y, por tanto, fronteras sociales que nadie puede cruzar. La primera clase u orden es la de los que sirven a Dios, cuya función es la salvación de todas las almas y que no pueden encomendar su tiempo a otra tarea. La segunda clase es la de los combatientes, aquellos cuya única misión es proteger a la comunidad y conservar la paz. La tercera clase es la de los que laboran, que con su esfuerzo y trabajo deben mantener a las otras dos clases.